lunes, 12 de septiembre de 2016

COMO DESARROLLAR EL CEREBRO


COMO DESARROLLAR EL CEREBRO
1. Pasar cantidades significativas de tiempo desconectado
Thompson está convencido de que es importante no pasar el día conectado a internet, prueba de ello es que dice no consultar su correo electrónico durante los fines de semana, ni tampoco las redes sociales. Mucha agente afirma no poder prescindir de ello, ya que sus jefes o su situación laboral le exige la consulta del correo electrónico o de las redes sociales todos los días de la semana, pero esto no es en absoluto beneficioso y, además, no es exigible. Si tenemos que estar atentos al correo electrónico los fines de semana, deberíamos obtener remuneración por ello. Pues no sólo se trata del tiempo que destinemos a consultar los mensajes, sino también de un "estar pendientes", de tener que acordarnos de consultarlo: nuestra concentración se disipa y nuestra energía mental se divide.
2. Comprometerse con la 'diversidad cognitiva': tener actividad mental distinta
Las maneras de pensar, expresarse y comunicarse a través de internet son muy diferentes de los modos de hacerlo offline. Thompson considera increíblemente productiva una inmersión de varias horas seguidas en la lectura, un paseo prolongado o una discusión sin la constante interrupción de los dispositivos tecnológicos. No porque las tecnologías sean malas per se: de la misma manera que alguien que pasa el día escribiendo agradecerá salir a la calle y darse un paseo, la mente agradece no estar continuamente en "modo Google".
3. No aislarse: aprender pensamiento social
¿Somos más tontos si no estamos rodeados de gente? ¿Y más listos cuando sí lo estamos? Thompson considera que la respuesta a esta pregunta es, sin lugar a dudas, sí. Los demás actúan como una suerte de andamio de las cosas que decimos y pensamos, la interacción es mayor, pueden recordarnos lo que hemos dicho anteriormente... son reposos del pensamiento, que es mejor si es colectivo (hecho que Thompson liga a la propia definición de la condición humana).
4. Encontrar una pasión: ejercita la memoria y la creatividad
La pasión impulsa la memoria, y la creatividad aflora en los momentos más insospechados siempre que tengas una serie de conocimientos profundamente integrados. Así, además de los momentos de desconexión que eviten que nos distraigamos, la ocupación en tareas que nos gusten nos hará, sin duda, más eficaces y brillantes.
5. Evitar seguir sólo a la élite o al canon de pensadores
Thompson considera que internet ha descubierto la amplia diversidad de los intereses y las pasiones humanas. Ya no sólo podemos interesarnos por lo que sucede en nuestro pueblo o región, sino que tenemos acceso a todo y podemos desarrollar una pasión casi por cualquier cosa. Pasión que queda como huella en la red, en las páginas, foros y demás publicaciones que hay sobre cualquier tipo de tema.
6. Saber cuándo confiar en la 'inteligencia subcontratada'
No debemos delegar toda nuestra actividad intelectual en una calculadora, en los buscadores de internet o en los traductores automáticos. Tampoco debemos mecanizar ciertos procesos mentales, sino preguntar y reaccionar constantemente. Evitemos ser unos vagos intelectuales, porque entonces no seremos intelectuales de ningún modo.
7. Jugar a los videojuegos
Para Thompson, este nuevo medio es una nueva y maravillosa manera de aprender. Es útil a la hora de adquirir humildad intelectual, activa procesos mentales que no solemos ejecutar y nos hace interesarnos por la informática. Pone en una historia valores, conflictos y métodos que son difíciles de adquirir a través de la teoría. Y, además, es divertidísimo.
8. Adaptar las estrategias de pensamiento
Debemos ser flexibles y adaptar nuestros modos de pensar, que no son iguales cuando leemos Fortunata y Jacinta que cuando leemos una serie de tuiteos, un blog o un mensaje de Facebook. Tampoco leemos igual en unebook, en un libro o en el ordenador. Debemos sacarle partido a todos estos medios.
9. Usar las tecnologías para ampliar la inteligencia
Debemos emplear las herramientas útiles que nos ofrece la tecnología, sin delegar –como ya se ha dicho– toda nuestra actividad en ella. Twitter, por ejemplo, ejercita nuestra capacidad de síntesis, en opinión de Thompson.



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